
La sangroncita. Te hace caras o ni te mira, le gusta darte “sugerencias” (“porque no lo haces así, yo le agregaría...”), es competitiva, e inclusive dice comentarios ofensivos.
Es la más difícil de tratar. Si viste sexo en la ciudad, seguro te acordarás de la suegra de Charlotte.
Actúan así porque siguen viendo a su hijo como un niño al que tiene que cuidar y proteger. Algunas madres se sienten desplazadas (piensan que les has robado el cariño de su hijo) y otras amenazadas, les da pavor que puedas llevártelo lejos.
Este tipo de suegra puede ser un dolor de cabeza, no obstante, jamás debes insultarla, ni hacerle ver a tu hombre que no la soportas. Ten en cuenta esto, una de las cosas que más les duele a los hombres es que les toquen a su mamá. Recuerda ella es y será su mamá, por eso merece respeto.
Maneja la situación inteligentemente. Sé cortes pese a que ella no lo sea (es complicado más no imposible). Sí la situación es extrema, y tú no soportas más su comportamiento, habla con tu hombre, dile que sólo pides respeto (recuerda nada de insultos ni acusaciones: “es que ella me hizo”).
La buena onda. Es linda, detallista (te da regalos, o hasta te cocina tus platillos favoritos), suele hacerte la platica, y se expresa bien de ti. En suma te aprecia.
Es agradable contigo porque en verdad le caes bien, además tú podrías ser la nuera oficial y la futura madre de sus nietos por eso busca crear un buen ambiente.
Cuando estamos cómodos con una persona, tendemos a relajarnos y a soltar la boca, ten cuidado, ella es tu suegra, y casi siempre estará de lado de su hijo. Ni se te ocurra hablar mal de él o decir un comentario negativo, con esto cambiará su perspectiva hacia ti y no dudará en reclamarte en ese momento o después.
Mucho menos la hagas tu comadre, o empezarán las intromisiones, sólo propiciarás convertirla en la suegra metiche.
Ni fu, ni fa. Se comporta cordial, cuando te ve es amable y no es para nada chismosa, es ideal porque no se mete en la relación. El problema es cuando nos empeñamos en ganárnosla. Compramos entonces regalitos o la llamamos suegrita, gran error, al rato no te quejes de que no te la quitas de encima.
Al darle detalles a la madre pensamos que también nos ganamos a nuestra pareja, esto no nos anotará más puntos, y fíjate pocos son los hombres que les dan detallitos a sus suegras, sin embargo, no nos importa, ni a ellos tampoco.
En conclusión, así como para nosotras nuestra madre es importante, para ellos también. No pongas a tu pareja entre la espada y la pared. Crea una ambiente sano, pinta tu línea, se siempre cortes y amable.
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