Segunda oportunidad

Una de las cosas más bonitas es el principio de una relación. Están felices, están juntos. Ha quedado atrás la etapa de nervios de saber si él quería o no contigo. Todo es de color de rosa.
Te ves sensacional, no hay quien te quite la sonrisa y evidentemente te arreglas más.

Entre risas y apapachos se conocen. Pasan algunos meses y entonces empieza cada uno a ver los defectos del otro. Nadie es perfecto es cierto pero cuando los defectos te rebasan comienzan los problemas. Un sinfín de discusiones y pláticas se desatan, lo que los lleva a cortar. Tú lo quieres y lo extrañas ¿vale la pena intentarlo y regresar?

Primero, todos merecemos una segunda oportunidad, las cosas no siempre se hacen bien desde el inicio. Cometemos errores porque somos humanos. El punto está en remediarlo, cómo, hablándolo, la diferencia entre esta vez y las anteriores es que ahora sí te vio perdida, por eso ten por seguro que pondrá todo de su parte.

Tener miedo es normal, no deseas salir lastimada o herirlo. Deberás ser valiente. No te quedes con el “si hubiera hecho”, no hay nada peor que voltear al pasado e ilusionarte con algo que tal vez jamás funcionaría.
Además si no resultan las cosas, al menos te vas sabiendo que lo intentaste.
Una vez que han regresado.Aquí hay de dos, están mejor que antes, sólo era cuestión de platicar (el noviazgo es dialogar y negociar que nos gusta y que no, ambos deberán modificar sus características negativas para llegar a un equilibrio). O retomaron la luna de miel y al poco tiempo empezaron de nuevo las peleas. Si tu caso es el segundo, las cosas sólo empeorarán con el tiempo. Nosotras no podemos cambiar a los hombres, y aunque él te diga que lo hará, no te engañes, cuántas veces no te ha dicho esto antes.

Haz la balanza, ¿se pelean constantemente? ¿te hace enojar o te pones triste? Duele mucho, más aún porque lo adoras, pero cuando algo te hace mal debes dejarlo ir. Entre más esperes más doloroso será, lo vas a extrañar, no obstante, separarse es lo mejor por el bien de los dos.

Las segundas partes pueden ser buenas, las terceras por lo general son un fracaso. ¡La decisión es tuya!