
La competencia es sana con uno mismo, es parte de la superación personal. Lo que no está padre es competir y compararte con los demás, te hará daño porque: siempre habrá chicas más simpáticas, más guapas, con mejor trabajo o novios más cueros.
Además aún cuando lo tuvieses todo no garantiza que seas feliz. La dicha está en uno mismo, aceptarte y valorarte es importante para lograrlo porque nadie tiene una vida perfecta, eso no existe.
Ahora, este sentimiento lo sientes porque en el fondo no estás tan feliz con quien eres y lo que haces. La solución no está en mirar al otro para decir “yo estoy mejor” sino en mirar a tu interior: qué es lo que te molesta de ti, cómo podrías cambiarlo o mejorarlo. Trabajarlo te brindará seguridad.
Qué puede ayudarte
Haz una lista con al menos 15 cualidades positivas de tu persona, por ejemplo, pueden confiar en ti, eres amable, ayudas a tu familia, etc. Y haz otra lista con 15 características físicas que te gusten de ti: tus pompis, ojos, manos...
En otra hoja escribe otras 15 cosas que no te gusten de ti y cómo podrías cambiarlo (si no te gusta tu trabajo en qué te gustaría laborar y cómo podrías empezar).
Por más simple que parezca te ayudará, aclarará tus ideas, y si tú lo quieres puede ser el inicio para crecer, madurar (la envidia es un impedimento), estar en paz, y lo más importante alcanzar la felicidad.
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